Hoy, ha quedado constatada una nueva máxima periodística: «En cuanto a criterio noticioso se refiere, un perro occidental equivale a más de 3000 vidas africanas». Eso es lo que revela el tratamiento mediático que se ha dedicado a Excálibur, protagonista totalmente involuntario del circo mediático que representa el ébola en la prensa occidental y otra víctima de la caótica gestión de este tema.

«Niña, te doy lo que me queda en la cartilla si me guardas el suero ese, por si las moscas», decía ayer una anciana con complicidad temerosa a una farmacéutica madrileña. El perro, que ya no es uno cualquiera, también ha valido más, mucho más, a la prensa que la inseguridad ciudadana, que el miedo y que la falta de respuestas que vivimos en Madrid.

Fuentes de la zona donde la auxiliar de enfermería (me niego a usar su nombre, y menos su foto de domingo resaquero) reside han confirmado a quienes nos molestamos en llamar o preguntar que en la zona hay guarderías. Centros donde acuden niños menores de tres años y que han llamado a «tres o cuatro sitios» y a los que no les dicen nada de qué hacer, ¿Cierran? ¿Abren? ¿Hay riesgo? ¿Qué?. Señores que acosan a enfermas o buscan perros, por favor, giren el micro o la cámara.

Sin embargo ¿qué podemos esperar cuando la infectada se enteró que lo estaba por la aplicación móvil de un diario nacional?

Quien escribe no se considera especista, es más no faltan seres humanos que me provocan urticaria; eso sí sin pedir su sacrificio cómo hizo hoy Pérez Reverte con la ministra Ana Mato. Creo en eso de que una civilización se mide por cómo trata a otros seres vivos, sin embargo, me pregunto en qué civilización vivo cuando un perro parece valer más que casi las 3338 vidas que el ébola ha sacrificado.

PD: por cierto, hay miles de animales esperando en perreras vuestro apoyo. No nos olvidemos de ellos, por favor.

Una dosis de esperanza en estado líquido, así podría definirse al suero misterioso y experimental para tratar el ébola que llega gracias al gobierno, con minúscula en este caso, de España para tratar al religioso Miguel Pajares. O lo que es lo mismo una dosis de realismo que demuestra que los milagros no son para todos.

El ébola, esa enfermedad a la que la sequía informativa propia de agosto ha puesto en la brecha, lleva ya meses cobrándose vidas, no es una novedad, es algo que lleva pasando meses como contó el responsable de la Unidad de Emergencia de Cruz Roja, Iñigo Vila. Sin embargo, ese tirón mediático ha propiciado que comencemos a contar y cifremos en más de 1700 a los enfermos por este virus.

Con esta cifra, que sube y baja y nadie puede determinar bien, se hace complejo hacer un cálculo, a priori sencillo, como es una resta. Sin embargo, vamos a intentarlo, estimando, a la muy baja, que hay unos 1700 enfermos por ébola y sumando, antes de restar, los nombres propios de esos enfermos, que son tres, nos sale que hay cientos, más de un millar, de enfermos a los que desconocemos; que no ocupan papel, tinta o píxeles.

Antes de que alguien me hable de las religiosas que acompañaron a Pajares, hasta que un avión medicalizado las dejara atrás, para rebatir ese tres cabe preguntar ¿si no hubieran acompañado al misionero español sabrías su nombre? Tomando la negativa como respuesta, e incluyendo a esas luchadoras cuyas muertes están llamadas a engrosar algunos diarios ‘made in becario land’, tenemos que de más de mil importan tres.

La propia Organización Mundial de la Salud, tan presente y citada estos días, abre esta semana que viene un debate ético donde se tratará quién debe tener acceso a los tratamientos experimentales contra el ébola. la demuestra ya la han dado los gobiernos: «quien los pueda conseguir».

Una vez empleado el tratamiento,como está pasando en estos tres casos en Estados Unidos y España, ¿qué? Si sobreviven las portadas son imaginables: Gobierno X lo da todo y salva a Y. Si mueren El Gobierno X lo intentó todo. A la par cierta farmaceútica y sus inversores se frotan las manos por la publicidad de la primera portada y por las pruebas gratuitas y remuneradas que está realizando sobre humanos, con lo caro que es eso.

Sin embargo, como recordó la OMS, en ambos casos asistiremos a una violación de la máxima de cualquier tratamiento «la seguridad». Además de a un ejercicio de cinismo por parte del gobierno español, pues Mercedes Vinuesa, directora general de Salud Pública yseñora que dice cosas sin «puro sentido común», encomendó las acciones españolas contra el ébola a la hoja de ruta de la OMS.

Todo esto no es óbice para olvidarnos de cómo comenzaba esta parrafada, hablando de milagros, de ese suero milagroso, y es que, seamos sinceros, todos queríamos ser tratados con ese suero, tratar de sobrevivir, ¿verdad? Y cómo nos reconforta, a mí el primero, saber que España nos lo podría conseguir, qué maravilloso vivir en este país donde, a pesar de la crisis, podemos tener ‘milagros’ o amagos de ellos.

Esa tranquilidad, la insulsa felicidad de quien mira más allá del estrecho con la seguridad de quien puede no es eterna. No hace falta mirar a un pasado de precariedad sanitaria generalizada, basta mirar al futuro, a los flujos económicos de nuestros buques insignias, a los consejos que encomiendan a España exportar, dejar inventar a otros. Basta echar un vistazo a todo eso, para que esa tranquilidad se resquebraje un poco y nos haga pensar que puede llegar el día, y no estar muy lejos, en el que ni los milagros, ni los sueros que los puedan producir, sean para nosotros.

Y es que, en el caso de este más de un millar de personas, parece que si la esperanza es lo último que se pierde, lo más complicado es conseguir una razón, en este caso en estado líquido, para tenerla.

Gregorio Jiménez, Alberto López, Guillermo Luna son algunos de los nombres de los cientos de periodistas que afrontaron con su vida el precio de informar. Sus asesinatos inspiran el grito de ¡Prensa no disparen!, que nadie parece escuchar.

Mientras unos exigen medidas, que alejen al periodismo de la muerte, otros lamentan y tratan de sobrevivir profesionalmente a otro enemigo que hiere a esta profesión: la crisis. Ante este drama son muchos los que olvidan que en esta profesión deben existir unos vínculos de apoyo, algo que falla,  algo que puede marcar la diferencia y ayudar a tantos compañeros. Así se destaca en cada protesta contra las balas, por el periodismo.

En España, estamos ejemplificando cómo el contexto hace ignorar lo principal: la libertad y la seguridad para ejercer el periodismo. Es el propio periodista que, por presiones o comodidad, prefiere la nota de prensa o el chivatazo a la investigación. El profesional está disparando contra su propio oficio escudado en la crisis, en la falta de interés ciudadanos o en que todo está mal.

Con cifras como que el periodismo haya dejado más de 11.000 despidos, o que con los medios desaparecidos superen los dos cenetanares se refuerza ese suicidio mediático. Vivimos una situación que casi anima a que los periodistas sigan disparando contra su profesión y abandonen toda idea de luchar por el oficio. Es otra crisis, otro modo de perder libertad.

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Una libertad que si se pierde, puede no recuperarse. ¿Por qué va a confiar el lector, el oyente o el televidente otra vez en el periodista que le falló? ¿Por qué volver a dejar su necesidad informativa en quien lo vendió al mejor follower, a las visitas o a la nómina más gruesa? Si se entretiene, después no se puede esperar ser buscado para informar.

Tal vez, cuando queramos volver sea tarde; las disculpas no sirvan. Sin embargo, ahora no es entonces. Ahora podemos cambiar, podemos ser conscientes de que tenemos la capacidad y la libertad para hacerlo, podemos luchar, cambiar el modo de producir y transmitir. Es hora de atreverse, es hora de hacer periodismo.

Este trabajo ha sido posible gracias a: -RevoluciónMichoacan3.0 y su cobertura de las manifestaciones de las protestas periodísticas. -Datos del Informe de la Profesión Periodística 2013 de la APM. -Temas musicales: Hombres G (Me siento bien y Sufre, mamón) -Sonido de balas disponible en sonidosmp3gratis.com.

Se puede descargar en Ivoox, aunque OJO tiene fines académicos y sólo puede utilizarse para los mismos.

Pongan sus facturas, los apuntes infumables o ese recuerdo de quien les partió el corazón en el lugar más recóndito de sus hogares. Denle tiempo y me comentan qué pasa. ¿Sigue ahí? ¿No se ha evaporado, verdad? Pues el aborto, una práctica que ilustra una falta de de educación sexual, de seguridad o a veces la mala calidad del condón o el exceso de pasión de los amantes, también va a seguir en España.

En 1976, Neliana Tersigni relataba lo que pasaba en la sala de espera de un departamento-clínica londinense. Todos los rostros, todos los acentos españoles juntos y con un denominador común la mirada de quien no podrá narrar lo que pasó al volver a casa . Abunda en estos días eso de que ahora el aborto seguro es de ricos. También de desesperados, queridos, y es que con esta ley la usura ha encontrado a otro amante: la desesperación.

El aborto clandestino con apariencia de profesionalidad no es barato, en ningún lugar. Por cuestiones profesionales pude comprobar como  una práctica clandestina y sin garantías llega a costar 1.000 euros y  pude ver cómo las mujeres lo consiguen, aliándose con la usura. Préstamos descabellados, empeños discretos a costa de la justicia y un largo etcétera pueblan este mercado.

Lo que es barato, puede salir muy caro. La mujer impulsada por el miedo, por la falta de alternativas o por la presión del entorno puede acabar consumiendo hierbas mágicas y misteriosas o sufrir sobredosis de fármacos comunes (que pueden ser abortivos a largo plazo) por malos consejos.

No es lo más drástico, hablando con profesionales me contaron casos de aborto caseros, simplemente horripilantes. El peor fue una madre que para evitar la vergüenza de que su hija fuera madre soltera se encargó de sacarle al bebé (parcialmente) con una aguja de tejer.

El resultado de estas práctica en la sombra son intoxicaciones, infecciones por interrupciones inadecuadas y una larga lista que representa un riesgo de muerte, que se eleva (salvo que la trama clandestina en España sea espectacular) desde el viernes 20 de diciembre de 2013.

Esta estampa no es España, aún. Sin embargo, puestos a reformar como hizo el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, hagámoslo a su tiempo.

Dudo, y quien lo deseé que me lance una piedra, que alguien deseé pasar por la experiencia de abortar. Para evitar ese caso  no hay que asustar, hay que enseñar. Hay que enseñar que existe el condón, que este se pone en el pene y en la vagina.  Hay que saber que hay métodos que es menos probable que se rompan y hay que hablar de sexo.

Estamos legislando en la vida sexual y reproductiva de la gente en un país donde la palabra pene, sexo o vagina siguen sacando una sonrisa de timidez. Legislar antes de concienciar por un lado a quien legisla de que los métodos anticonceptivos han de ser accesibles y a todos de que es mejor comprarlos con garantías que entre las patatas fritas y la gasolina toma un cariz desconcertante.

Ante la perspectiva, queda la pregunta de si, milagrosamente, por obra y gracia de la legislación desaparecerá lo que hoy hacen desaparecer de la ley. Por ahora enhorabuena charlantanes, enhorabuena usureros, enhorabuena especuladores del aborto clandestino tenéis un nuevo mercado: los úteros españoles.

Complicada, irracional, utópica y sacrificada; creo que sólo así puedo clasificar este romance, que en poco tiempo tanto me ha pedido. Mi amante, quien me roba el sueño, quien me hace cruzar México D.F., por quien me puedo tirar un jodido verano pegado a un teléfono es el Periodismo. Sí, la forma de joder no es la mejor que existe; pero los orgasmos que provoca cazar un buen tema son más que recomendables.

Como en el sexo, en el periodismo no faltan clichés, tópicos y realidades que nos hacen temer y a la par desear esta profesión.  Como para hablar de sexo es mejor que os explique lo que nunca toleraré en el periodismo. Bueno, al menos no sin un par de copas, esto es sexo, y siempre puede pasar que te arrepientas al día siguiente.

1. Nunca sin protección: repite, pregunta, cuestiona. Prefiero quedar como un bobo y preguntar lo que no he entiendo; sacar mis hipótesis a la luz, y que me las mutilen; a levantarme al día siguiente con una sorpresa desagradable. Las venéreas también existen en esto del juntaletrismo y afectan a lo más importante, al órgano que determina la calidad  en este acto informativamente coital: la credibilidad. Y si metes la pata, ya sabes, apechuga.

2. Yo me pongo encima: pueden seducirme con notas de prensa, contenidos maravillosos o amabilidad extrema. Podemos acabar en la cama, porque un buen tema te puede llegar por email y de parte de la agenda de turno. La cuestión para saber si estás manteniendo una relación justa y ética es tomar el tema, reconocer la información y poner en práctica unos particulares juegos preliminares: contrastar, contextualizar y darle pluralidad de fuentes (amantes). El problema está cuando te agotan, te desmotivan y te acaban dejando sin más alternativa que dejarte amar interesadamente para cumplir el cupo; pero eso es prostitución, que será otro tema.

3. No es una paja (chaqueta): no estamos en un blog, como éste. O sea, el onanismo, como esto, mejor lo reservamos para los espacios determinados para ello. En el periodismo más básico no se suele bajar de tres actores: fuente, periodista ( o becario como servidor) y lector. El trío se expande y llega a aglomerar a editores, directores, accionistas, influenciadores y al SEO de Google, que suele apuntarse a orgías hasta en la sección de necrológicas, hay que tratar que todos disfruten algo al menos.

4.Monogamia: sin embargo, pese a que hay que repartir pseudorgasmos, el objetivo del periodista es provocar el éxtasis informativo en el lector, en el consumidor de información, con quien nos deberíamos acostar (y levantar) cada noche (aunque la prostitución nos lleva a acostarnos con más de un ser que sólo lee cuentas y visitas, y luego acabamos bailando). El periodista es un polígamo forzoso que, sin embargo, debe responder con quien tiene su gran compromiso: el ciudadano.

5. El placer, innegociable: «No importa el lugar, importa la compañía» y si propones un buen orgasmo y lo sabes argumentar no habrán muchas líneas morales que se opongan. Todo es cuestión de saber seducir, de dar una «envoltura adecuada a la circunstancia» a la noticia. Hay que ser camaleónicos para poder disfrutar de las mieles del periodismo en cualquier lugar, como pasa en cualquier bar.

Las normas varían según la permisividad de cada uno, según de liberal y abierto sea lo que consideren periodismo. Sin embargo, luego pasa lo que pasa que: unos llama sexo a un arrimón en un baño mugriento y otros ven el éxtasis como mejorable.

A todo esto, la comparación de sexo y periodismo no viene de una mente pervertida (bueno todas lo son un poco), viene de que el sexo, una necesidad, es como el Periodismo. Ya que, al menos para mí, el Periodismo es algo que te hace sentirte vivo, porque sabes que puede mejorar la vida de alguien. Tal y como el buen sexo.

Hoy me he dado cuenta de que para ser  presunto periodista no hace falta leer a Grijelmo y su manual (aunque digan que es imprescindible). También he sufrido que mi orgullo de defensor de aquello que decía Furio Colombo de que las noticias no deben ser  tormentosas (esas que vienen cuando hay una masacre y no tienen final, porque no dan follow en el Twitter) ha quedado pisoteado. Sin embargo, hoy me he dado cuenta de que para ser periodista (con rintintín y en minúscula) hay que leer a Ovidio, y que me perdone Ovidio por lo que voy a decir a continuación.

Es que en muchos casos, la tragedia griega estaría pletórica ante los presuntos periodistas que se limitan a contarte una tragedia de esas que provocaban la catarsis del público, que no contribuyen a su interés real, por cierto. Estas no noticias se caracterizan por su exceso de humanidad y su falta de datos. Además suelen ofrecer al lector una ración de ideología y tres cuartos de simplismo. Pero vamos, que lo importante es que así te hacen un retuit cada 2 minutos y de fijo que te hacen estandarte de algo.

Sin embargo, cuando esto se generaliza demasiado toca preguntarse ¿dónde queda la labor de servicio público? Y ahora es cuando servidor se prepara para los unfollows o para que lo llamen facha o rojo, ya ve usted va a haber repertorio. Hoy voy y me encuentro una batalla campal porque una señora en el ABC ha dicho que hay cientos de miles de estudiantes que seguro que usan la beca para ponerse tetas tomando como dato irrefutable una de la que le hablo una amiga. Con esto pretendía ilustrar que en ciertos casos los becados usamos la beca como papel higiénico. Es que claro un estudiante, y más si es de Periodismo, es la reencarnación de Rockefeller.

No le voy a negar señora mía, que no le faltaba razón en una cosa: hay personas que sí usan las becas para tocarse sus respectivas partes genitales (y subsidios, y ayudas, y hasta la comida que se dona en Cáritas). Hay personas que llegan un año a una carrera y se van con sus 6.000 euros calientes (otras se dan cuenta de que no es su vocación y se cambian, no lo metamos todo en el mismo saco). Hay otras con dinero suficiente como para usar la beca como un extra u otras que la usan para comprarse ropa y en un mes se ven sin un céntimo . Y entre todas estas también están quienes tienen en el frigorífico una lista de todos los supermercados para ahorrar el céntimo, pero de esos nadie habla y esos siempre han existido.

Sinceramente, me parecería interesantísimo que alguien me contase cómo se ha despilfarrado ese dinero o cuantas becas frustradas han habido, pero no en forma de tragedia y someramente. Me parece estupendo que se hable de que hay gente que no aprovecha las becas e incluso hay quienes están en una carrera por pasar el rato (¿resultado de una falta de orientación previa? Quién sabe y a quién le importa, ¿no?) y que se abra debate (pensar es bueno). Pero también hay otra cara, la de los que se están yendo forzadamente, y cómo contamos muchas veces estas historias. Pues con una historia tierna, de desesperación, casi abrasiva, donde el interés humano puede llegar a cegar el problema social.

Porque aunque suene fatal a mí lo personal, me afecta, me puede herir y despierta mi empatía; pero si no hay nada más solo veo una historia, pero hay más, mucho más que contar. Ya lo dice Pilar Diezhandino: “Las cifras son frías y las historias calientes”. Y nos hemos olvidado porque preferimos contar o dar por válida una historia lacrimógena (que insisto nos va a dar me gustas en Facebook a porillo a contar el porqué se produce).

Desgraciadamente, contando las historias así conseguimos polémica. Conseguimos convertir a personas en estandartes y cegamos el problema que se esconde. Porque puedes conseguir que suelte un “rojos de mierda, me han robado” como se lee por ahí. Seguramente puedas provocar que llame “hijo de puta al ministro de turno”, pero si no me cuentas que detrás de una historia hay un problema social, entonces estás haciendo una tragedia.

Y digo tragedia porque en cierto modo esas historias, despiertan esa empatía y ese alivio de saber que en estos momentos no estás tan mal. Provocan esa catarsis, provocan esos deseos de retorcer algún cuello o de ir sacando implantes de silicona. Sin embargo, esas historias no suelen dar respuesta a un problema. Y me equivocaré para muchos, y otros hablarán de que soy un desalmado, pero a mí dame una relación de alternativas a la beca pública junto a esa historia, que las hay (porque hay gente que aunque pueda pagarse una carrera no puede afrontar una formación complementaria, no puede hacer un Erasmus o aprender idiomas ahora que nos toca coger la maleta).

A mí háblame de los fundamentos que garantizan la educación y cuales están siendo vulnerados. También te leeré con gusto que me hables de los precios de algunas privadas que equivalen a tres años de salario de nuestros padres, al menos del mío.  Cuéntame otras alternativas al sistema de beca para evitar “que me pongan tetas o que deje la carrera entre lágrimas”, abre el debate y da voz a nuevas alternativas (manda a tomar por saco el teletipo y coge el teléfono). Pero, por favor, no me hagas llorar, porque estudiando Periodismo, con las noticias de EREs y ejemplos así, ya tengo motivos.

Por todo esto, hoy más que nunca debemos revisar si queremos escribir tragedias (entonces te has equivocado de carrera y más si lo haces en un medio nacional) o si quieres prestar un servicio público, hacer periodismo, entonces avísame que te lea.

Hastiado es forma bonita de decir que uno está hasta los cojones, pero que pese a ello intenta tener clase. Y lamentándolo mucho no estoy hasta la zona escrotal (otra amago de clase para decir lo mismo) por ninguna causa que te vaya a generar empatía, sino por un todo en general.

Por eso, por esa agregación de hechos que me provocan hastio, que me explotan en la cara y me producen un hastío (que se podría equiparar al escepticismo) he cogido las teclas y me he puesto a escribir. Lo que espero que salga de aquí, si sale algo, es el manifiesto del hastiado. No sé cuantos puntos tendrá, ni si verá la luz, solo sé que necesito escribirlo. Necesito contarle al mundo o al pobre diablo que haya acabado aquí que:

1. Copiar o sacar de contexto declaraciónes de teletipo no es ser reportero, ni mucho menos periodista.

2. Lo lamento, pero un twitt de Toni Cantó tampoco lo es por mucho que lo meta en Google News.

3. Un grito no es una propuesta para cambiar las cosas, es ruido.

4. Responder con un grito, no es un diálogo. Lo siento, otra vez.

5. Si te toca gritar, al menos hazlo inteligible. Y si te toca hacerlo en grupo con un mensaje común.

6. Una manifestación tiene un mensaje, no mil. El objetivo, hasta donde sé, es elevar a debate público un problema. Y en muchas ocasiones solo veo un «mi causa es más importante» , lo que se asemeja al «y tú más».

7. Si eres un gurú que escribe como si tuviera la panacea debajo de la almohada: cuéntala o cállate.

8. Querido político, cuando des un discurso trata de no pisar tus propios argumento. Y si te da tiempo trata de mantener una coherencia hecho-palabra. Si haces eso y quieres que te ame, trata de mantener la coherencia sintáctica.

9. Lo popular, lo incendiario o simplemente lo que guste no tiene porque ser bueno. El KFC gusta y las arterias del consumidor demuestran que no es bueno.

10. Me niego a caer en el tópico de los diez mandamientos, por eso me salto este.

11. Ser optimista no es ser gilipollas (aunque te lo digan). Ser borde-gilipollas no es ser moderno (aunque te lo creas). Ser tú no estará de moda, pero es lo que eres, ten orgullo de lo que eres.

12. Contar un problema, aunque no sepas la solución, es el primer paso para encontrarla. Para ello debes preguntar, dialogar. Es decir, no ponderar o retroalimentarte.

13. Lo que más me toca las narices es cuando alguien mata el tiempo, se resigna o alude a lo mal que están las cosas para no hacer nada.

Tal vez estos trece puntos, bueno 12, puedan confundirse con pedancia o prepotencia, pero son simplemente un grito en prosa. Es uno de tantos, pero que tal vez alguien pueda leer, complementar o incluso solucionar.

Entrevista publicada el 18 de enero en el Semanario El Noroeste.

La primera pregunta es casi obligatoria: ¿Cómo se puede presidir FEREMUR, ser estudiante de Derecho, además subdelegada de la Facultad, y a saber qué me dejo en el tintero? ¿De dónde sacas el tiempo?

La situación se basa en ponerse el despertador a las seis y a las siete ya estoy lista. Llego a las ocho a Murcia, voy a clase, después a la Consejería. Por la tarde un rato en la facultad, estudiando un poco más. Después a la radio o reuniones. Para acabar el día clases de inglés. Ese es un día normal, para mí.

Ahora que ya te conocemos un poco, nos gustaría conocer al integrante de FEREMUR ¿Existe algún perfil predeterminado? ¿Qué crees que diferencia a los miembros de FEREMUR de otras asociaciones?

FEREMUR ofrece a los alumnos un modelo educativo serio. Es un alumno que piensa que el sistema no funciona, que tenemos que reivindicar, porque los alumnos tenemos que reivindicar sin tener que hacer uso de la demagogia incendiaria. Es decir, una protesta basada en informes internacionales. En definitiva, alumnos preocupados por el sistema educativo que van a recibir las futuras generaciones. Nosotros somos una federación que independientemente de que se nos acuse de ser políticos, defendemos el modelo educativo liberal. En este modelo se premia al buen estudiante, hay igualdad de oportunidades, que no de resultados, que son conceptos diferentes. Al fin y al cabo, FEREMUR ofrece formar parte de la red de estudiantes más importante de la región. Esto incluye desarrollar la vida social entre las asociaciones. Sin olvidar que se puede conocer gente, que las ideas llegan a donde deben de llegar y que se pertenece a una asociación que cuando se fija un objetivo lo consigue.

 ¿Y cómo os coordináis y relacionáis entre las asociaciones que formáis parte de FEREMUR?

Nos basamos en nuestra ejecutiva. FEREMUR actúa en educación secundaria, formación profesional y universidad. Cada uno de los miembros de la ejecutiva coordina a los presidentes de las asociaciones. Pese a esto, nosotros nos basamos en la independencia de cada uno de los asociados. ¿Eso qué quiere decir? Qué cada presidente tiene total libertad para hacer lo que quiera y si en algún momento requiere nuestro apoyo, lo tiene al máximo. En definitiva, creemos que la eficacia de la labor que lleva a cabo se debe a la confianza que tenemos en que las labores que llevan a cabo no necesitan ningún control permanente por parte de la directiva.

La Comunidad Autónoma apoya con subvenciones el desarrollo de las actividades de asociaciones como FEREMUR. En 2011, se os concedieron 31.573,50 euros ¿Qué actividades se desarrollaron gracias a este apoyo? ¿Qué resultados produjeron?

Esto fue en el curso 2010-2011. Se llevó a cabo la campaña La Educación Merece Respeto, en cuya segunda parte estamos trabajando. En esta junto al sindicato de profesores reivindicábamos la pérdida de valores en el aula. Otra parte se destinó a llevar a los chavales que habían trabajado durante el año a un camping donde pudieron hacer mil cosas. Tampoco se debe olvidar el gasto en publicidad tanto para los centros, como de asociaciones. También se apoyan proyectos de las asociaciones. Por ejemplo, un curso de FP de electrotecnia desarrolló una serie de proyectos que presentó a concursos a nivel internacional y regional. Éstos fueron apoyados financieramente por FEREMUR al final de que fueran competitivos.

Ya hemos hablado de proyectos pasados, ¿nos podrías contar algo sobre los nuevos retos que se plantea FEREMUR bajo tu presidencia?

Yo quiero revolucionar FEREMUR. Antes, FEREMUR funcionaba de una forma, yo llevo mucho tiempo en la asociación, y ahora lo va a hacer de otra. He defendido un modelo educativo concreto, muy, muy concreto. Éste tiene unas aspiraciones, unas premisas fijas y se ha incentivado a los integrantes de las asociaciones a abrir un debate sobre estas. Esto tiene como fin saber si el modelo que defendemos es común y si vamos a funcionar bien como federación. Es algo imprescindible cuando presides un sitio con tanta gente metida, debes saber si estás hablando por todos. A mí se me critica muchísimo por eso, por ejemplo cuando doy opiniones que no son del todo populares se me dice: “oye qué estás hablando por todos”. Por eso, quiero que se reflexione sobre lo que nosotros somos y queremos. Este paso ya se ha dado, se hizo una conferencia hace un par de meses y donde los presidentes de las asociaciones dieron su punto de vista sobre lo que para ellos era FEREMUR. Se unificaron visiones y se creó un modelo concreto que todos los integrantes de FEREMUR defienden. Mi objetivo fundamental en este tiempo como presidenta es que los estudiantes sepan qué es FEREMUR, lo que se hace; porque tal vez hay alguien que necesite ayuda de una federación como la nuestra, o la nuestra en concreto, y no nos conoce. Quiero salir sabiendo que todas las personas que crean que los estudiantes pueden jugar un papel importante en el sistema educativo, teniendo voz y voto real y efectivo puedan tomar parte en esto; más allá de las manifestaciones, que quien quiera manifestarse me parece estupendo, pero a mí las manifestaciones me gustan más en el despacho que en la calle.

FEREMUR insiste en la idea de que la manipulación se encuentra presente en las aulas. ¿Qué os lleva a esa afirmación? ¿Os han llegado testimonios sobre esto o pruebas de alguna manera?

Eso es algo que me pasó a mí cuando era estudiante. Fue una profesora en concreto que tenía  y otro que había en otro curso. Decían básicamente que si había un poco de decencia se debía ir a la huelga, porque lo que sucedía era una aberración. De todas formas esto es un caso en el que se puede interpretar como una opinión personal, y se puede pasar. Pero, otra cosa son documentos que tenemos por escrito y que hemos mandado a inspección en los que se habla de profesores que dicen que si por él fuera mataría al consejero o que el ministro Wert merece la hoguera. Esto es igual que si dicen que por culpa de Rubalcaba se va a acabar la educación en el mundo entero. En estos casos, los mandamos a inspección y en el 90% ha habido sanción. La ventaja de denunciar a través de FEREMUR es que se puede denunciar de forma anónima sin prejuicio para el alumno, siempre y cuando haya pruebas. Algo muy positivo que tendrá la ley de autoridad docente es que los profesores no tendrían que preocuparse por nosotros; pues tienen principio de veracidad, con lo tanto es el alumno el que tiene que demostrar que eso es verdad y no al revés como pasaba antes. Al fin y al cabo, nosotros buscamos sacar el adoctrinamiento de las aulas.

Si estáis tan seguros de que en las aulas murcianas hay manipulación ¿por qué FEREMUR respalda esa ley de Autoridad Docente, que reforzará la autoridad del profesorado, e incluso exigió una medida de este calibre en 2010? ¿Por qué reforzar la autoridad de aquellos que afirmáis que manipulan?

Precisamente es eso lo que nos lleva a apoyarla. Hay un sector, que no todo el profesorado, que aprovecha su posición como autoridad dentro del aula para reivindicar una serie de cuestiones. Sin embargo, hay muchos profesores que se quieren centrar en la parte de instrucción. Nosotros apostamos porque estos profesores tengan el respeto que se merecen dentro del aula como autoridad intelectual. Esto no quita para que en casos donde existan problemas existan los organismos suficientes para actuar. No quita para que el profesor como autoridad moral tenga el respeto que se merece. Para explicarlo se llevará a cabo una campaña, a fin de que conozcan los beneficios de la ley, que es producto al 50% de FEREMUR, y puedan aportar su visión. Ésta será elevada al consejero, al delegado del gobierno e incluso al ministerio para que se conozca la visión de los estudiantes. Con esto, creo que esta preferencia por el profesor va a mejorar la calidad educativa en las aulas, la falta de respeto ha hecho que la calidad educativa baje con respecto a la que recibían nuestros padres.

Si se llamara a FEREMUR y a ti como su presidenta para asesorar en un proceso de legislación sobre una jerarquía y los roles de cada uno de los miembros de la comunidad educativa ¿Qué propondrías?

En primer lugar creo que se debería equiparar a la administración y a los centros para mejorar la eficiencia y la coordinación entre ambos. Es decir, que vayan en el mismo rumbo, si nos adaptamos a un modelo educativo nos adaptamos a ese, si nos adoptamos al contrario, al contrario. Obviamente, siendo representante de los estudiantes debería decir que los estudiantes deberían ir los primeros. Sin embargo, a la hora de la legislación quienes deberían decidir son los profesores. Por esto pondría en primer lugar a centros educativos y la administración. Entonces: en primer lugar pondría a la Consejería y a la directiva de los centros. En segundo lugar irían los profesores. Después los alumnos, después los sindicatos y asociaciones y por último, los padres.

Otra ley que está en la palestra mediática es la LOMCE, según vuestro manifiesto podría suponer una revolución en el sentido que desean los estudiantes. Pese a vuestra satisfacción, ¿crees que hay alguna laguna o algún aspecto por mejorar en esta ley?

Por supuesto, hay muchísimas cosas que se podrían mejorar. Una de ellas es la competitividad, es decir, la incursión de la iniciativa privada en la educación pública. Otra reivindicación es que el cheque escolar llegue a ser una realidad. Los idiomas como una realidad en sí, potenciarlos mucho más. Una cuestión necesaria y que no se toca casi nada es la primaria. Muchos de los problemas educativos que hay hoy en día vienen de la educación primaria. Dado que hay alumnos que llegan a secundaria sin unas bases firmes. Luego hay otra cuestión que todo el mundo critica porque le conviene. Esto es algo que va a sonar mal, pero nosotros estamos a favor de que se le quite peso a los consejos escolares de los centros. He visto centros que han paralizado el programa de calidad por el consejo. Es decir, que el consejo pasase a tener un plano consultivo. Esto se debe a que creo que los que saben lo mejor para el centro son el equipo directivo.

También nos gustaría conocer cómo es el acercarse al estudiante y presentarle las ideas de FEREMUR. ¿Contáis con el apoyo del equipo directivo de los centros?

Nosotros estamos totalmente en contra del sistema de valoración de la representatividad en la región. Tenemos muchas asociaciones muy numerosas, pero que si nosotros esas asociaciones las dividiéramos por dos tendríamos el doble de representatividad de la que ya tenemos. Esto es absurdo, ya que no contabiliza el número de personas. De este modo, no se valora la representatividad real.

El gran problema es el desconocimiento. No somos capaces de llegar a todo el alumnado que nos gustaría. A esto se une la mala visión de la representación estudiantil, se tiene el concepto de que representar es ser mal estudiante o que solo estás ahí para armar follón. Pero realmente una federación como la nuestra puede ofrecer mil actividades y oportunidades. Y algo que a mí me encanta es que podemos tener contacto con el consejero y que éste lleva nuestras ideas al ministro. Podemos llevar nuestra idea a aquel que está desarrollando la ley que se implantará en el reino de España. Tenemos la opción de cambiar el curso de la educación de las nuevas generaciones. Hay ideas de FEREMUR que se están desarrollando en la LOMCE. De todas formas, Murcia es pionera, tras Cataluña, en representación estudiantil. Muchas federaciones están muertas en otras comunidades y viven del eco mediático de llevar toda la vida allí. Ahora, podemos llegar más a los estudiantes. Antes, un presidente no podía ir instituto por instituto, y era difícil conseguir que los estudiantes vinieran en un horario extraescolar. Al llegar a los institutos encontramos muchas reacciones desde ser recibidos con los brazos abiertos, hasta que nos echen. En otros simplemente les es indiferente. Normalmente el profesorado es más reticente a nosotros que el equipo directivo.

Perdóname que vuelva al pasado, pero me gustaría recordar tu investidura como presidenta. En ésta, numerosas autoridades educativas mostraron su apoyo a FEREMUR, en general, y a tu presidencia. Entre estos el consejero de Educación, Constantino Sotoca, afirmó que las puertas de la conserjería estaban abiertas para FEREMUR. ¿Han cumplido su palabra?

Ha cumplido su palabra al 100%. De hecho, no me puedo quejar de nada, he sido muy, muy crítica con ellos, con cosas que han hecho. Tal vez, sea fallo nuestro el no haberlas hecho públicas, pero hemos preferido solucionar las cosas internamente. La verdad es que yo le he dado muchísimos quebraderos de cabeza al consejero y me recibe cuando quiero, como quiero y porque quiero. Las puertas de las direcciones generales están abiertas para mí, me tratan casi como si fuera de la familia, aunque eso, como te he dicho les doy muchos dolores de cabeza. Pese a todo, el saber que las personas que están en la administración te están escuchando, te tienen en consideración y en estima… y bueno a mí eso me alegra mucho. Al consejero le estimo y respeto mucho.

Y antes de despedirnos me gustaría pedirte que compartieras con los lectores del Noroeste tu idea de una educación perfecta, el objetivo por el que estás en FEREMUR, la educación que quieres para tus hijos.

La educación que yo quiero para mis hijos es: una educación competitiva a través de la cual cuando mis hijos salieran del colegio fuesen personas autónomas. Yo estudié en un sistema  internacional que se basaba en la adquisición de competencias prácticas, éste estaba basado en el modelo de Finlandia, referente internacional en educación. Eso me enseñó a hacer cosas que el resto de mis compañeros no sabían hacer como expresarme, informarme o saber llevar a cabo una bibliografía. Esto no es porque fuese más inteligente o mejor estudiante. Soy una estudiante normal, dentro de la media con cosas que se me dan mejor y otras peor; pero al final el sistema educativo que he elegido me ha permitido adquirir capacidades, que me hacen desenvolverme en el mundo. Entonces, yo quisiera que mis hijos fueran a un colegio público en el que fueran educados por profesores con un nivel docente y de conocimientos que les marcase como a mí me marcó esa última etapa de mi formación. Me gustaría que mis hijos pudieran elegir el centro en el que estudiar, sin imposiciones del Estado, volvemos al cheque escolar. Me gustaría realmente que mis hijos aprendiesen idiomas. Que no necesitasen ir a clases de refuerzo, como en el caso de los idiomas. En definitiva, ser alumnos que sean capaces de desarrollarse desde el punto de vista práctico. Todo esto, sin perder de vista lo que debe ser el colegio: un lugar para desarrollarse intelectualmente, y bueno, socialmente, pero que se vea que el objetivo de la educación es la propia educación.

Dejamos atrás 2012. Un año en el cual hemos tenido más malas que buenas noticias. Un año en el que a casi todos nos ha tocado la crisis, a muchos de nosotros solo nos tocó la crisis, ya que las vacas gordas solo las vimos en tierras vecinas. Ahora que hemos culminado un año de alegrías y lágrimas, lo comenzamos con las últimas.

 

No hablo de las lágrimas que muchos hemos tenido que derramar al ver cómo los motores de nuestra economía se paralizaban, y cómo dejaban paralizados a seres muy cercanos a nosotros. Les hablo de unas lágrimas que no sé si llegaron a salir de los ojos de su portadora, les hablo de las lágrimas de la vicepresidenta, de Soraya Sáenz de Santamaría Antón. Un aviso, antes de que sigan leyendo: si lo que les interesan son gritos rabiosos sobre si actuaba o no, dejen de leer.

 

Si nos centramos en las lágrimas en exclusiva nos estamos equivocando de camino. Esas lágrimas no van a resucitar a aquellas personas que no han deseado continuar creyendo en la solidaridad de España, a la que aludió la vicepresidenta. Esas lágrimas no van a secar a aquellas que ya han sido derramadas, al ver cómo seres queridos desaparecían en esos ciclos que hacen que nuestras vidas se tambaleen: los económicos.Esas lágrimas no sé, ni sé si quiero saber, qué son.

 

Lo que sí que quiero saber es qué va a pasar con las familias que tienen un niño mayor de 3 años, esos que como ella dijo lo padecen sin ser culpables; a las cuales no acoge la medida que presentaba Sáenz de Santamaría, según dijo ella misma. Lo que quiero saber es qué va a pasar con los hogares que se han convertido en reinos silenciosos de la ninfa Eco. Lo que quiero saber, si es que se puede saber, es si de verdad cree que España puede salir adelante; si cuando la deuda diga de ser cobrada vamos a poder responder a lo que pedimos. Lo que quiero saber no es si Soraya Sáenz de Santamaría tiene lágrimas o es una gran actriz.

 

Me intriga saber si hay consciencia de que hay más cosas en crisis. La fe en el Estado español que casi todos levantaron hace ya años. Esa ruta democrática marcada por el sendero de D´Hondt. ¿Qué pensarán aquellos que hoy sufren la crisis, sin saber escribir prima de riesgo cuando sean mayores? ¿Qué recordarán de España? ¿Seremos nosotros, los de los noventa y los ochenta, los primos que viven en el extranjero, los que se fueron a ganarse la vida? Sinceramente, me dan ganas de llorar por la incertidumbre. Me dan ganas de preguntar: ¿España, qué va a ser de ti? Porque creo, y tal vez solo sea yo, que lo que hace falta son respuestas, hechos, garantías. Coincido con la vicepresidenta en que todo eso lo tenemos que hacer juntos; pero eso, juntos e informados; desde nuestra labor, asumiendo nuestra responsabilidad y creyendo en lo que hacemos, creyendo en el país que conformamos, creyendo en nosotros.

 

El 16-D fue el primer reto del chavismo sin Chávez como cabeza visible. En estos comicios, los venezolanos debían eligir a sus gobernadores y diputados, o legisladores, regionales. El proceso electoral se ha caracterizado por la abstención y por el triunfo del oficialismo. En Objetivo Periodismo pretendemos organizar los resultados de esta victoria del chavismo y de la abstención sin olvidar un caso que ya tratamos: el del  candidato  a diputado Luis Zapata, que prometió erradicar la homosexualidad y que al final ha fracasado en las urnas.

 

Gran abstención

 

El día comenzaba precedido de la llamada a las urnas y los ejemplos de los principales actores políticos de Venezuela ejercitando su derecho. Sin embargo, este hecho no ha animado a muchos venezolanos a salir a votar. Se cerraron las urnas con una participación muy lejana a ese 81% que se registró en las elecciones presidenciales. La de esta jornada fue del 53,54% de la población con derecho a voto. De este modo, las colas que se formaron en las pasadas elecciones se han visto sustituidas por mesas vacías, según lamentaban algunos votantes mediante la red social Twitter.

 

En esta ocasión, Venezuela no ha debido de mantener abiertos los colegios electorales hasta horas más tarde, ni se han atisbado tanques como en las pasadas elecciones. Esta jornada ha transcurrido «marcada por el civismo que caracteriza a los venezolanos», según informaba la máxima representante del Consejo Nacional Electoral. No obstante, han aparecido noticias como las nueve detenciones por delitos electorales o la muerte de un joven, que fue tiroteado al volver de celebrar la victoria chavista. Éstas empañan las declaraciones de la presidenta del CNE, Tibisay Lucena.

 

 Triunfo ajustado

 

Los resultados han sido aparentemente contundentes. El Chavismo ha teñido de bermellón 20 de las 23 regiones. Entre éstas cabe destacar la región de Zulia, que estaba en manos de la oposición y ahora es territorio chavista por una diferencia de cerca de un 4% de los votos. Esta victoria es digna de destacar dado que Zulia es la región productora del 80% del petróleo que se consume en Venezuela. Volviendo al plano general, se puede afirmar que no todas las victorias cosechadas en estas votaciones han sido holgadas. Los vencedores de 16 de las 23 regiones no han superado el 60% de los votos.

 

Regiones polémicas

 

Otra región interesante es Aragua. Ésta tiene como capital uno de los principales centros de ocio y vida nocturna: Maracay. Algo que podría haber corrido peligro ya que el candidato a legislador Luis Zapata prometió erradicar la vida nocturna y la homosexualidad en esta región, especialmente en su capital. Sin embargo, las urnas le han ocasionado un revés. En la demarcación territorial o municipio de la región de Aragua donde se encuentra Maracay ha ganado la oposición con una ventaja de siete puntos porcentuales. Ésto no ha sido óbice para que el gobernador de ésta sea el candidato chavista, que contaba con el apoyo del partido de Zapata, el Juan Bimba.

 

La región de Miranda ha noqueado las aspiraciones chavistas. El baluarte de la oposición venezolana no ha cedido y el que fuera candidato a la presidencia, Henrique Capriles, sigue como gobernador con un ajustado 51% de los votos. Otra región polémica ha sido la de Bolívar, dónde ningún candidato ha alcanzado el 50% de los votos. El candidato de la oposición en la región, Andrés Velásquez, ha afirmado que se ha producido fraude y que el CNE debe explicar cómo se proclamó un vencedor mientras continuaba el recuento. Sin embargo, la presidenta explicó reiteradamente que los resultados no eran irreversible en esta región durante la proclamación. El mismo afirma que tiene otras pruebas, que aún no ha desvelado, sobre el fraude electoral.

 

Victoria y fracaso

 

El 17 de diciembre los medios abrían sus portadas afirmando que el chavismo arrasaba sin Chávez. Los datos de participación nos dan otro titular, dicen que la abstención ha arrasado y ha sido la vencedora en éstos. Ha sido un día en el que el oficialismo ha crecido territorialmente, pero en el que en los venezolanos, en demasiados venezolanos, ha desaparecido ese sentimiento que les llevó a dar una lección de democracia en las pasadas presidenciales.

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